Autor: Carballo Junco José Antonio
Para el común sentir de la gente, la filosofía se presenta como una negación de la vida, como algo opuesto a ella que la intercepta y sirve sólo de obstáculo. Ya lo dijo Fichte: “Filosofar quiere decir propiamente no vivir, vivir quiere decir propiamente no filosofar”. El hombre vive tranquilo con una interpretación ingenua de la realidad hasta que la filosofía viene a sembrar la inquietud en su vida. Pero ésta no consiste en someterse a la necesidad biológica del individuo, sino en ejercer la libertad y elevarse a la categoría de persona. Los sentidos sólo nos dan una interpretación engañosa de la realidad. Los postes de teléfono que parecen moverse cuando vas en el tren, están fijos; y este piso tan plano y tan seguro al que llamamos tierra firme, es una delicada corteza, frágil, que se mueve y es redonda. Si percibimos de manera errónea este mundo, debemos intentar una aproximación más adecuada de esa misma realidad. Aquí comienza la reflexión filosófica, que no es otra cosa que la meditación aislada que se hace del mundo y de lo que en él habita: personas, obras, cosas. Por definición, la filosofía, que proviene del latín philosophia, y del griego , es el conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano, la fortaleza o serenidad de ánimo para soportar las vicisitudes de la vida, la manera de pensar o de ver las cosas, investigando las leyes de la Naturaleza. La palabra filosofía significa “amor a la sabiduría”. El filósofo no es el sabio, no es el sofista que sabe, sino el que ama el saber; no es el que posee la verdad sino el que va en busca de ella, el que la persigue y trata de conquistarla. Precisamente porque tiene conciencia de que no sabe, el filósofo va en pos de la verdad, persiguiéndola, mendigándola, para conquistarla. Este personaje al cual nos referimos procura desentrañar el sentido de esta realidad que se complace en ocultarse. La ocultación consiste en que el verdadero ser de las cosas queda escondido, enmascarado por su apariencia, su fenómeno; lo que es se oculta tras de lo que no es. Y así vivimos confundidos y engañados en un mundo de apariencias que se empeña en encubrir la verdadera realidad.
2011-03-11 | 1,553 visitas | 1 valoraciones
Vol. 3 Núm.27. Octubre 2006 Pags. Odont Moder 2006; 3(27)