Autor: Carballo Junco José Antonio
La belleza del Partenón se alumbra cuando una persona sensible a los valores artísticos entrevera su ámbito de vida con el de esa realidad. La belleza no se halla en la obra ni en el sujeto. Surge dinámicamente entre ambos cuando se da una donación mutua de posibilidades. La belleza debe ser considerada como un fenómeno relacional, no relativista. Quien no vive el arte en forma relacional no entra en el campo de juego donde se alumbra la belleza. Decirlo es constatar un hecho que responde a una ley del desarrollo humano, la ley de la dualidad: “Toda forma de creatividad humana es siembre relacional; requiere dos o más realidades que entre en colaboración”.
2011-03-11 | 1,022 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 2 Núm.19. Febrero 2006 Pags. Odont Moder 2006; 2(19)