Amanecer y ocaso de un niño con parálisis cerebral

Autor: Ledesma Gil Bernardo A

Fragmento

Jonatan es un niño de 9 años de edad, tez blanca, ojos color miel, severo estrabismo, caquéctico, cabellos delgados y desordenados. Es una criatura que me produce un profundo sentimiento de ternura y devoción pero que, paradójicamente, para la mayoría de personas que desprevenidamente lo observan, es inevitable que la primera impresión que les genera sea de aversión, rechazo y compasión, debido a su figura escuálida y triste. Su cara inexpresiva, con una mirada abatida, el cuello rígido y sus párpados superiores extenuados, no podrían producir otra impresión. De las cavidades naturales de su rostro: ojos, boca y nariz, brotan continuamente secreciones —lágrimas, mucosidades, y salivas— que acuciosa y permanentemente son limpiadas por las manos tiernas y ajadas de su bondadosa madre. Inesperadamente emite alaridos y sonidos inentendibles, inmotivados, que se calman con la voz delicada y el masaje suave aplicado en su cabello y en su cara por esa madre afectuosa y tierna, ya acostumbrada o quizás resignada a esa ardua tarea diaria.

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2011-04-25   |   683 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 24 Núm.3. Noviembre 2010 Pags. 197-200 Rev Col de Or Tra 2010; 24(3)