Fragmento

1. Cuando la muerte sucede “ a los otros” cercanos (abuelos, padres, parientes y amigos con diabetes), es posible que se convierta en un acontecimiento serio y desafiador de nuestras seguridades y tranquilidades. Pues el “otro” es insustituible de “nosotros”. 2. No fundamentar más la generación de la muerte, de enfermedades curables y degenerativas, complicadas y ubicadas en los últimos estadios de la historia natural de la enfermedad. Por el contrario, hablar abiertamente, entre múltiples agentes de la atención y desde las personas que tienen esta experiencia. Dentro de la vida cotidiana y la racionalidad institucional vigente. Asimismo, desmitificar que la salud-enfermedad, la vida y la muerte son acontecimientos separados, sino unidos, por lo tanto recordar y trasmitir positivamente, en el tiempo que me queda de vida.

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2011-05-04   |   994 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 11 Núm.3. Septiembre-Diciembre 2010 Pags. 2-3 Boletin U.I.S.E.S.S. 2010; 11(3)