Autor: Pineda Villaseñor Carlos
Se sabe que la artritis reumatoide (AR) es una enfermedad que aparece en individuos de mediana edad —entre los 40 y 50 años—, y se calcula que en México la padecen más de 1.5 millones de personas, siendo más frecuente en mujeres que en hombres, en una relación de 6:1. El tratamiento ideal para este padecimiento es la supresión de la inflamación y evitar el daño estructural articular. Anteriormente para medir la progresión de las lesiones estructurales que causa sólo se disponía de la radiología simple. Sin embargo con este estudio no se lograba detectar la inflamación de la membrana sinovial por lo que nada más se podía evaluar la alteración ósea, e indirectamente el cartílago articular en etapas avanzadas de la enfermedad. Hoy en día las herramientas que más se utilizan son la resonancia magnética (RM) y la ecografía, las cuales permiten, por ejemplo, en el caso de las manos, observar no sólo la cortical ósea y el hueso medular, sino también la membrana sinovial, las estructuras tendinoligamentosas y los tejidos blandos adyacentes, que suelen ser las estructuras que se afectan al inicio del padecimiento. Además, estos procedimientos son más sensibles que la radiología en la detección precoz de erosiones y en la predicción del daño óseo, lo que permite un rápido diagnóstico, instaurar un tratamiento adecuado y mejorar el pronóstico de los pacientes. El uso de esta tecnología permite a los reumatólogos tratar la artritis reumatoide desde sus primeras etapas, sin esperar a que se produzca daño. Con ellas se superan las limitaciones de la radiografía para detectar la presencia de inflamación activa, que requiere de demasiado tiempo para que se produzcan cambios visibles en la misma. Estas técnicas de imagen consiguen un diagnóstico precoz del daño articular, detectar su progresión y definir la remisión en el caso de que ésta exista, permitiendo hacer una evaluación en mucho menos tiempo y disminuir los gastos de tratamiento y los días de incapacidad.
2011-05-19 | 1,021 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 34 Núm.398. Enero 2011 Pags. 3-4 Prescripción Médica 2011; 34(398)