Autor: Cuevas Schacht Francisco
El asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) son patologías asociadas con una dificultad bronquial y sensación de disnea. La primera se caracteriza por ser una enfermedad inflamatoria crónica de las vías aéreas, con episodios recurrentes de disnea, sibilancias, tos y opresión en el pecho, especialmente por la noche y a primera hora de la mañana. En cuanto a la segunda, se identifica por una limitación del flujo aéreo que no es completamente reversible. Esta restricción por lo regular es progresiva y se asocia con una respuesta inflamatoria anormal de los pulmones a partículas nocivas o gases. La diferenciación entre una y otra precisa de una valoración por personal médico entrenado en ambas enfermedades, es decir, un especialista en neumología. Además, es necesario realizar pruebas complementarias tales como una espirometría y habitualmente otras de función pulmonar más complejas. Entre los estudios internacionales que buscan establecer qué porcentaje de la población padece asma, la iniciativa GINA estima que son poco más de 200 millones de personas en el mundo. Para México, el estudio ISAAC establece que es el grupo conformado entre los seis y diez años de edad, el cual fluctúa entre el 8.6 y 8.4% de la población, pero si nos vamos al grupo etario entre los 12 y 14 años, el porcentaje baja a 6%. Se trata de una enfermedad del aparato respiratorio, de evolución crónica y curso variable. Puede identificarse por una inflamación persistente de los bronquios, aumento de secreciones y determina una disminución del diámetro o luz de las vías aéreas.
2011-05-19 | 795 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 34 Núm.398. Enero 2011 Pags. 10-11 Prescripción Médica 2011; 34(398)