Autor: Núñez Orozco Lilia
La migraña es un problema frecuente entre la población cuyas causas se desconocen y tiene una predisposición genética. En México su prevalencia es de 12%, siendo más alta en mujeres (9%) que en varones (3%). La mayoría de estos pacientes presentan episodios migrañosos desde la niñez o la adolescencia. Es un dolor pulsátil que predomina en un lado de la cabeza cuya intensidad va de moderada a severa, y se acompaña de intolerancia a la luz o al ruido y de náusea o vómito. Dura de cuatro a 72 horas y al terminar deja una molestia residual, pero finalmente el paciente logra una recuperación total. Es uno de los principales motivos de consulta al médico de primer contacto. Para diagnosticar migraña es necesario obtener una descripción completa del cuadro, qué síntomas tiene la persona, cómo es el dolor, cómo se presenta éste, factores que lo agravan o lo disminuyen y el tiempo que dura. A la migraña se la clasifica de dos maneras: migraña con aura o aviso y migraña sin aura. En ambos casos, las características del dolor son iguales, pero la primera registra síntomas previos, a lo que se llama aura migrañosa. Generalmente los de tipo visual, que son los más comunes, son: visión de luces (fosfenos), pérdida del campo visual, oscurecimiento de la visión de un lado o sustitución del campo visual por un destello luminoso o percepción de luces como en grecas, que se llaman teicopsias; en tanto que los sensitivos, como el hormigueo en el cuerpo, y por lo regular en la mitad de la cara o un brazo o medio cuerpo, son menos comunes; y más raro aún es que se acompañe de algún problema de tipo motor.
2011-05-19 | 1,269 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 34 Núm.398. Enero 2011 Pags. 12 Prescripción Médica 2011; 34(398)