Autores: Torres Expósito Beatriz, Mota Carvalho Diana María, Paz Silva Victor Manuel
Los abscesos pulmonares se definen como procesos circunscritos y supurativos del parénquima pulmonar causados por gérmenes piógenos; de los que resulta una cavidad necrótica de pus. Esta es originada por una infección microbiana cuyo foco etiológico frecuente es la aspiración de gérmenes anaeróbios orofaringeos. Un absceso pulmonar sin una comunicación con el árbol bronquial, aparece radiolúcido radiológicamente; lo cual suele suceder en estadios iniciales de la formación de la lesión. Se habla de cavitación sólo cuando hay comunicación con el árbol bronquial, permitiendo que el aire reemplace el material necrótico. Los abscesos se inician como un foco neumónico que ocupa el espacio alveolar destruyendo las paredes de este, las cuales van confluyendo hasta formar la caverna contenida de pus, que si llega a drenar al espacio aéreo, forman niveles hidroaéreos y broncorrea. Radiológicamente se manifiestan como imágenes radiolúcidas circulares que se diferencian de otras lesiones similares por el hallazgo de un infiltrado neumónico perilesional. La mejor definición anatómica viene dada por tomografía, que muchas veces ayuda en el diagnóstico diferencial entre patología pleural, parenquimatosa. Las manifestaciones clínicas más frecuentes son fiebre, hipersudoresis nocturna, dolor pleurítico, expectoración purulenta abundante de color ceniciento o castaño.
2011-05-20 | 2,539 visitas | 6 valoraciones
Vol. 6 Núm.1. Febrero 2009 Pags. 34-37 MEDICRIT 2009; 6(1)