El método clínico ha sido un poderoso instrumento al servicio del arte médico, utilizado como herramienta de valoración inescrutable que se desarrolla y evoluciona en virtud de los conocimientos aportados por las ciencias tributarias de la medicina. Sus orígenes se remontan a la antigüedad. El siglo XIX resulta fortalecido por los aportes experimentales de Claude Bernard; articulado al otrora mensaje de técnica médica basado en las etapas del examen clínico: anamnesis, inspección, auscultación, palpación del enfermo, e hipótesis clínica fundada en un razonamiento que la confirma o la descarta. Para ello se acude modernamente a lo que la investigación estima como la mejor ayuda diagnóstica o terapéutica disponible. En esencia, la tradición médica indica que el método racionalmente aplicado ha funcionado en la búsqueda y comprensión de la realidad clínica. Los acumulados históricos y la honra de quienes gravaron sus nombres con el sello de sus descubrimientos clínicos, así como sus seguidores que impulsan y exaltan las bondades del método; en modo alguno han de reñir en tiempo presente con el influjo de una época de transformaciones caracterizada por el dominio y poder de las innovaciones en materia científica y tecnológica en el campo de la biomedicina, por cuanto lo complementa y cualifica.
2011-05-26 | 1,057 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 2 Núm.1. Enero-Junio 2011 Pags. 11-12 Rev.cienc.biomed. 2011; 2(1)