Relación entre densidad mineral ósea, edad de la menarquía y estado nutricional en adolescentes sanos

Autores: Morillo Piña María Raquel, Macias Tomei Coromoto, Carías P Diamela

Resumen

La obtención deficiente del pico de masa ósea (PMO) durante la niñez y adolescencia influenciada por factores genéticos, hormonales, nutricionales y psicobiológicos, puede determinar una baja densidad mineral ósea (DMO). Un bajo índice de masa corporal (IMC) y edad de la menarquia (EM) tardía constituyen factores de riesgo para baja DMO. En Venezuela no existen estudios que relacionen EM e IMC con DMO en adolescentes. Objetivo: Determinar DMO en adolescentes femeninas aparentemente sanas y su relación con la EM y el estado nutricional. Metodología: Se realizó un estudio transversal, correlacional en 36 adolescentes femeninas postmenarquia aparentemente sanas, de la cohorte 2009-2010 del Programa Igualdad de Oportunidades (PIO) de la Universidad Simón Bolívar. Utilizando absorciometría dual de rayos X (DEXA), se determinó la DMO de columna lumbar y fémur, se estimó la EM por recordatorio; se tomaron medidas de peso y talla, se calculó el IMC. Se obtuvieron valores de DMO en adolescentes sanas postmenarquia con IMC normal. Se calcularon estadísticos descriptivos básicos y porcentajes de frecuencia. Para evaluar relaciones entre las variables, se utilizó análisis de correlación y regresión (p<0,05) y Anova de una vía para comparar medias. Resultados: Las adolescentes tenían en promedio: 16,6 años, EM: 12,3 años, IMC: 21,3 kg/m2, DMO: L1-L4 1,080 g/cm2, L2-L4 1,074 g/cm2, cuello femoral 0,976 g/cm2, todos dentro del rango normal. Se encontró asociación significativa entre DMO en columna lumbar e IMC. Conclusión: Existe relación entre DMO e IMC en adolescentes post-menarquia; ésta podría orientar sobre factores influyentes en la adquisición del PMO en adolescentes.

Palabras clave: Densidad mineral ósea adolescentes menarquia índice de masa corporal.

2011-06-13   |   1,016 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 73 Núm.3. Julio-Septiembre 2010 Pags. 4-10 Arch Venez Pueri Pediatr 2010; 73(3)