Resistencia a tratamiento antirretroviral en niños infectados por el VIH

Autor: Muñoz Fernández María Angeles

Fragmento

Los beneficios obtenidos debido al empleo de los fármacos antirretrovirales (ARV) en el tratamiento de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) pueden verse comprometidos por el desarrollo de resistencias. La aparición de mutaciones de resistencias es una consecuencia casi inevitable cuando no se logra una supresión completa de la replicación viral mediante el tratamiento antirretroviral (TAR). En los niños infectados verticalmente por el VIH, no siempre se alcanza una supresión completa de la carga viral (CV) plasmática hasta niveles inferiores al umbral de detectabilidad (50 copias/ml), lo que favorece el desarrollo de cuasiespecies con mutaciones de resistencia a ARV. Esto a su vez, empeora el pronóstico de los pacientes y complica la elección de futuros TAR2. La resistencia del VIH al TAR es una de las causas principales de fallo terapéutico. El cumplimiento, las interacciones medicamentosas, la potencia del fármaco, la farmacocinética y la posibilidad de resistencia preexistente o adquirida (por transmisión o debidas a TAR previos) son factores asociados al desarrollo de resistencias y se deben considerar a la hora de indicar su determinación. Para valorar la determinación de mutaciones que confieren resistencias se deben tener en cuenta el beneficio asistencial del paciente y el beneficio en salud pública debido a la optimización de la utilización de TAR, que permite disminuir el desarrollo de variantes resistentes potencialmente transmisibles. Otro punto importante es que en la interpretación de los estudios de resistencia hay que tener en cuenta el subtipo del VIH5. El subtipo del VIH se determina con los ensayos de resistencia basados en la secuenciación de los genes de la retrotranscriptasa inversa y proteasa. Se utilizan tres tipos de ensayos para determinar resistencias, aunque el más extendido y factible en el laboratorio es el ensayo genotípico.

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2011-06-24   |   1,133 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 24 Núm.95. Enero-Marzo 2011 Pags. 84-85 Rev Enfer Infec Pediatr 2011; XXIV(95)