Autor: Fernández Sacasas José Angel
Introducción Aunque la medicina constituyó el primero de los estudios profesionales que se siguieron en la isla, 2 años antes de la inauguración de la “Real y Pontificia Universidad de San Jerónimo de La Habana” (5 de Enero de 1728) en la que fuera una de sus 4 facultades fundacionales, la enseñanza de la clínica tuvo que esperar a la etapa de la secularización de la casa de estudios en la Real y Literaria Universidad de La Habana en 1842. Sobresalió la ingente labor de don Tomás Romay Chacón (1764-1849) en la promoción de una medicina científica, quien puede ser considerado el fundador de la clínica cubana, por haber conseguido el establecimiento de la cátedra de clínica médica en la universidad (1834) -de la que fue su primer regente y profesor- y más aún por preconizar el estudio de la medicina en los enfermos en vez de en los vanos textos entonces en uso y alentar la conformación del diagnóstico mediante la búsqueda de los síntomas y la lesión causal, así como por oponerse a la terapéutica en boga, propia del galenismo (centrada en las sangrías y otras prácticas humores-evacuantes). “A Romay debe la medicina cubana haberle impuesto un carácter científico a su estudio y ejercicio. . . . ., que modificara la enseñanza de la medicina introduciendo los estudios de la Anatomía en el cadáver y el de Clínica en la sala de los hospitales. Llevó a los alumnos de la oscura y polvorienta universidad escolástica a las aulas luminosas del anfiteatro, a las salas de enfermos de los hospitales y a la morgue para la práctica de autopsias”
2011-07-13 | 662 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 50 Núm.2. Abril-Junio 2011 Pags. 222-231 Rev Cubana Med 2011; 50(2)