Una pregunta frecuente sobre todo entre los estudiantes de medicina, internos de pregrado y residentes podría ser: ¿cuándo es el momento para comenzar a escribir artículos científicos para su posible publicación? ¿Habrá que empezarse a preocupar por estos temas, o es recomendable seguir concentrando todos los esfuerzos posibles al estudio y a los exámenes? La realidad es que esa pregunta es difícil de responder, sin embargo a aproximadamente 2 meses de un nuevo Examen Nacional de Aspirantes a Residencias Médicas (ENARM), hoy una gran cantidad de médicos sustentantes se preguntan si sus esfuerzos serán suficientes como para cambiar su estatus de “sustentante” al de “médico seleccionado”; sin duda esto pasará con la minoría de ellos, que podrán ir a recoger una constancia que les asegura que están dentro del sistema nacional de residencias médicas, han obtenido una plaza, sin embargo no un hospital. No es ningún secreto que hay excelentes lugares para realizar un curso de especialización, pero también hay algunos que no son tan buenos. Pueden ser muchas las razones que hagan a un médico inclinarse por uno o por otro; algunas de estas razones son la calidad académica del hospital, el prestigio, el volumen de pacientes, posibilidades de crecimiento, preferencias personales etc. Este médico recién seleccionado que se acaba de librar del que puede ser el filtro más importante de su carrera, pero pronto entra a una nueva competencia por una plaza dentro del hospital de su preferencia. Deberá presentar un currículum, pero que podrá poner en él si durante 6 o 7 años se la ha pasado estudiando y en guardias, un buen lugar en el ENARM y un buen promedio serán sus mejores cartas de presentación. Pero ¿con esto bastará?, seguramente depende del hospital, cada uno tendrá sus propios criterios, pero ya no es secreto para nadie que el tener publicaciones científicas es valorado positivamente por muchos centros formadores; ejemplo de ello son los Institutos Nacionales, ya que estos son punteros en investigación y les interesa tener personal que continúe con esta línea, también dentro de los criterios de selección del IMSS ya aparecen las publicaciones como un apartado que le dará puntaje extra al aspirante. Si la pregunta es cuando empezar a preocuparme, a 2 meses del ENARM tal vez sea demasiado tarde, el empezar a escribir lleva tiempo, es un proceso de ensayo y error que va llenando al autor de experiencia antes de ver publicada su obra; usualmente los principiantes comienzan publicando artículos de revisión y reportes de caso en revistas locales, después empiezan a llenar bases de datos o a colaborar con los trabajos de investigadores con más experiencia, para después lanzarse a publicar en revistas internacionales. Es cierto que habrá algunos afortunados que se puedan colar en investigaciones avanzadas y podrán ver su nombre en una revista con buen factor de impacto, pero la mayoría empieza desde abajo para ir escalando poco a poco. Toda publicación de este proceso es buena pues deja ver en el estudiante ganas de generar conocimiento, de crecer y desarrollarse en el mundo de la investigación. Así pues el mejor momento para que el médico empiece a publicar debe ser el más temprano posible, pues entre más rápido inicie el proceso, más y mejores serán sus publicaciones, que se convertirán en una llave que pocos tienen para abrir algunas puertas en el futuro. Estas deducciones, nos deben llevar a la reflexión y más aún, a tomar conciencia, para que todos aquellos que formamos el cuerpo médico especializado y con mayor experiencia que los internos de pregrado, nos comprometamos con cada una y uno de estos jóvenes para facilitar el Saber, Saber hacer, el trabajo de equipo y el Ser de forma integral según las capacidades particulares de estos futuros médicos y en corresponsabilidad de la universidad como de este hospital, ofreceremos mejores posibilidades de enseñanza-aprendizaje para estos jóvenes médicos en formación. Comité Editorial
2011-07-27 | 1,679 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 2 Núm.25. Abril-Junio 2011 Pags. 3 Hipoc Rev Med 2011; 2(25)