La Medicina es una ciencia y un arte, como el hombre es el homo sapiens y el homo faber. Es ciencia porque busca el conocimiento de la naturaleza real de los fenómenos, hurga en su profunda intimidad, supera de continuo la limitación que cada época histórica impone a sus conclusiones, para terminar enunciando las leyes particulares que los rigen. En 1882 el médico francés Felipe Gaucher reportó la observación de un enfermo con gran esplenomegalia, cuya pulpa estaba sustituida por grandes células pálidas, lo que atribuyó a un tumor del bazo. Doce años después Bovaird señaló que dichas células también estaban en el hígado y en los ganglios, y supuso que su origen era una toxina desconocida. Al cabo de 24 años ya se conocían muchos casos, el cuadro estaba más definido y Schlagenhaufer sugirió que se debía a la tuberculosis. Veinte años más tarde, y ya estamos por 1940, se descubrió que dependía del depósito celular de un cerebrósido y mucho después se definió como un trastorno genético que por el déficit de una enzima, la glucoce-rebrosidasa, acumulaba en las células glucosilceramida. Casi un siglo después del reporte inicial de Gaucher la afección quedó clasificada como una variante de enfermedad de los lisosomas.
Palabras clave: Medicina ciencia y arte.
2003-01-30 | 3,737 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 1 Núm.1. Noviembre-Diciembre 2000 Pags. 21-27. Ateneo 2000; 1(1)