Hoy en día ninguna actividad humana está ajena al futuro del planeta Tierra. A pesar del panorama tan sombrío por las amenazas, como son el calentamiento global, la contaminación, los conflictos bélicos y los problemas medio ambientales, particularmente causados por el consumo desmesurado de los recursos, tenemos el compromiso de hablar de futuro, así sea como una última esperanza de la inteligencia superior. Las neurociencias pueden y deben aportar propuestas de solución desde su plataforma de investigación, ya que gozan de una gran aceptación y reconocimiento en todos los ámbitos científicos, que incluyen desde las Ciencias Biológicas más rigurosas hasta las Ciencias Sociales, especialmente la educación. En este último terreno, valiosas orientaciones han dado origen a términos como Neuropsicopedagogía, Neuroeducación y Neuropsicología, reflejando, así, un gran interés por el estudio de la relación entre el funcionamiento cerebral, la cognición y/o mente y los procesos educativos. Se da por sentado que de estas investigaciones y actividades profesionales, resultarán propuestas para mejorar tanto la calidad de vida humana como las condiciones de desarrollo sostenible del planeta. Como neurocientífico, me resulta inquietante el gran interés que las neurociencias suscitan actualmente. Está de moda, en efecto, hablar del cerebro, ya que las perspectivas y los intereses al respecto por parte de la llamada sociedad del conocimiento son cada vez mayores y es indudable que hoy existen grandes avances sobre el tema. Se conoce, en concreto, la organización anatomofuncional del sistema nervioso gracias a estudios como neuroimagen, potenciales evocados, escanografías y evaluaciones neuropsicológicas, que nos permiten ver el cerebro en acción en tiempo real. También existe una visión más integral sobre el funcionamiento del sistema nervioso, como se refleja en la propuesta de Antonio Damasio respecto a las emociones, que se basa en la integración entre las dimensiones biológicas, psicológicas y, léase bien, “espirituales” del ser humano. Junto a todo esto, se han superado las discusiones que negaban a la mente la posibilidad de ser abordada por las ciencias exactas. Hoy la Psicología dejó de ser una pre-ciencia para convertirse en una ciencia con un cuerpo de conocimientos que permiten hacer predicciones más exactas. Incluso se han superado las discusiones entre ciencia y religión, es así como el papa Juan Pablo II abonó el terreno para la reconciliación al pedir perdón por los errores de la Iglesia, de tal manera que se reconoce el papel de científicos como Galileo Galilei, Franz Gall y Charles Darwin. En un ámbito cercano, la Filosofía asume un papel protagónico en la organización y entendimiento del saber y, desde la epistemología, hace reflexionar a la humanidad en la manera cómo este se genera.
2011-08-17 | 485 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 12 Núm.22. Diciembre-Diciembre 2009 Pags. 259-454 Psicogente 2009; 12(22)