Autor: Araujo Ríos Raúl
Antonio José de Sucre, Mariscal de Ayacucho, se distinguió por su inteligencia, valor, Talento como guía, mediador y consejero, como un alma llena de benignidad y Clemencia, un genio conciliador, cortés, activo y auda; bastaba su presencia para Hacerlo todo. El era azote del desorden y, sin embargo, amigo de todos, un bello momento de la piedad aplicada a la guerra con brillante y virtud militar. Era el alma de ejército, donde se desplegó todos los talentos superiores que le condujeron a obtener la más brillante campaña de cuentas formas la gloria de los hijos del nuevo mundo. Infatigable en esa actividad, superó dificultades que parecían invencibles y con incansable perseverancia, dirigió este noble sedeo con acierto y con gloria, a pesar de una naturaleza que le ofrecía obstáculos, privaciones y penas durísimas, más a todo sabía remediar a su genio fecundo, su celo, sagacidad, su carácter generoso, con una inagotable bondad se cobijaron más de dos mil hombres que quizá hubieran perecido en la miseria de no ser por el esmero que consagra más aún los desvelos de este genio.
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2003-02-03 | 3,222 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 64 Núm.116. Enero-Junio 2000 Pags. 16-19. Rev Inst Med Su 2000; LXIV(116)