La equidad es inherente a todo planeamiento, a toda idea y toda acción política, y puede constituirse como principio y objetivo en sí misma, erigiéndose así como un valor social. Por esta razón, resulta imposible pensar un planteamiento actual de la atención de la salud sin que la misma aparezca como tema prioritario. La equidad en salud es un valor ético, inherentemente normativo, que está basado en el principio de justicia distributiva y en consonancia con los principios de derechos humanos. No obstante, es necesario desterrar la ilusión de que el problema de la equidad en salud puede ser resuelto en el discurso de la ética universal.
2011-09-01 | 498 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 39 Núm.3. Agosto-Octubre 2011 Pags. 303-307 Rev col anest 2011; 39(3)