Ateroesclerosis y enfermedades reumáticas.

Sociedad peligrosa o malas compañías 

Autor: Vilariño Jorge O.

Resumen

Las enfermedades cardiovasculares representan la principal causa de mortalidad prácticamente en todo el mundo, pese a los importantes avances en el diagnóstico y tratamiento. Se espera un fuerte crecimiento de las mismas, potenciado por dos epidemias en significativo incremento: la obesidad y la diabetes. La ateroesclerosis, sustrato fundamental de las enfermedades cardiovasculares, es una enfermedad difusa y heterogénea en la que importa más la calidad de la placa (fundamentalmente inflamatoria e inmunológica) que la cantidad. La inflamación juega un papel muy importante, tanto en su inicio, generando una verdadera endotelitis, como en la fase establecida, promoviendo el desarrollo de la placa vulnerable, y en la etapa de las complicaciones, con la ruptura o erosión de la placa y el posterior advenimiento de la trombosis. Las enfermedades reumáticas en general, y la artritis reumatoide (AR) en particular, constituyen una entidad con alta prevalencia (casi el 1% de la población) y un marcado incremento con el progreso de la edad. La inflamación es el eje central de la AR y representa un modelo en que la activación del sistema inmune innato y adaptativo (representado por el macrófago, linfocito T y B, el mastocito y la célula dendrítica) ejerce un papel destacado, siendo el órgano de choque la sinovia y el cartílago articular. La AR incrementa en dos veces el riesgo de infarto de miocardio y en 1,5 el de accidente cerebrovascular. Se la considera, como a la diabetes, una entidad de alto riesgo cardiovascular (CV) que genera sociedades peligrosas por la potenciación de la inflamación. Su tratamiento con potentes fármacos antiinflamatorios e inmunomoduladores, como el metrotrexato y otros bloqueantes de las citoquinas inflamatorias, como los bloqueadores del factor de necrosis tumoral alfa (por ejemplo, inflicimax), son alternativas terapéuticas muy efectivas en el control de la inflamación y la reducción significativa de eventos CV. Esto favorece la hipótesis de que el tratamiento intensivo de la inflamación asociado con el tratamiento de los factores de riesgo podría disminuir significativamente los eventos CV. Además, las estatinas, como lo demostró su uso intensivo en el estudio PROVEIT/TIMI 22 y en el análisis del estudio AFCAPS-TEXCAPS, disminuyen eventos mayores, y su reducción estaría mediada, y no sólo vinculada, con la disminución del LDL colesterol. Esta hipótesis, evaluada en el estudio JUPITER, motivó la suspensión del estudio por el notable beneficio de la rosuvastatina en pacientes en prevención primaria, con PCR elevada y LDL en valores normales. Esta teoría provocativa es evocada en esta revisión, e incluiría la hipótesis de que la asociación de drogas con efectos múltiples, como las estatinas, los IECAs, la aspirina y posiblemente el metrotrexato (droga que actúa como antiinflamatorio potente) podría tener un efecto sinérgico que permita controlar la ateroesclerosis y reducir marcadamente sus complicaciones tan temidas (infarto de miocardio y accidente cerebrovascular).

Palabras clave: Ateroesclerosis artritis reumatoide aterogénesis inflamación.

2011-09-19   |   613 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 37 Núm.4. Octubre-Diciembre 2008 Pags. 283-294 Rev Fed Arg Cardiol 2008; 37(4)