Fragmento

Hace 100 años el gran investigador brasileño Carlos Chagas descubrió la enfermedad que lleva su nombre. Desde entonces se reconoce como un gran problema de salud pública desde el sur de Estados Unidos hasta Argentina. Los programas de control profiláctico han disminuido sustancialmente el número de sujetos infectados nuevos desde unos 700 000 por año en 1990 hasta unos 41 200 por año en el 2006. El diagnóstico se basa en antecedentes epidemiológicos positivos y dos o más pruebas positivas para la detección de anticuerpos específicos contra el parásito Trypanosoma cruzi. Tradicionalmente el electrocardiograma (ECG) ha sido el método más sencillo y eficaz para detectar daño cardíaco por la presencia de uno o más de los siguientes hallazgos: bloqueo de rama derecha, hemibloqueo de subdivisión anterior izquierda, bloqueos atrioventriculares, contracciones prematuras y/o taquicardia ventricular uni- o multiformes, bradicardia sinusal, modificaciones anormales de onda Q y del segmento ST-T. La disminución de la prevalencia de la enfermedad en algunas áreas endémicas, y en especial la migración de poblaciones rurales a zonas urbanas no-endémicas dentro o fuera del país de origen ha introducido retos de diagnóstico diferencial con otras enfermedades cardíacas especialmente miocardiopatías dilatadas no-isquémicas e isquémicas. La ecocardiografía- Doppler puede brindar información de gran valor estructural y funcional. La presente revisión intenta actualizar la utilidad de la ecocardiografía Doppler en el diagnóstico, clasificación, detección de daño cardíaco precoz y avanzado, estimación de riesgo en morbi-mortalidad, y su ayuda en el manejo de las decisiones terapéuticas de la enfermedad de Chagas.

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2011-09-23   |   1,590 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 119 Núm.4. Octubre-Diciembre 2011 Pags. 274-286 Gac Méd Caracas 2011; 119(4)