Tratamiento de la enfermedad cardiovascular trombótica.

Replanteo del riesgo-beneficio 

Autores: Altman Raúl, Vidal Oscar

Resumen

El sistema hemostático es un proceso fisiológico que previene la hemorragia y mantiene el balance entre la formación de un coágulo y la fluidez de la sangre. Después de una injuria endotelial, las plaquetas se adhieren al subendotelio expuesto y son activadas por agonistas liberados in situ que estimulan la formación de trombina, contribuyendo a la hemostasia. En la patología arterial, el coágulo se forma sobre la ruptura de un ateroma cuyo crecimiento dependerá de la subsecuente activación plaquetaria, de la concentración de trombina en la superficie del coágulo y de los cambios locales en la velocidad del flujo sanguíneo. Por lo tanto, el crecimiento de un coágulo puede ser inhibido bloqueando la trombina unida al trombo, o inhibiendo la función plaquetaria. Siendo la trombina el activador más potente de la plaqueta, la inhibición de la trombina puede prevenir también la activación plaquetaria. La terapéutica consigue su efecto directamente inhibiendo la actividad de la trombina o de la función plaquetaria, pero la inhibición de una de ellas puede afectar simultáneamente a la otra actividad. La aspirina y el clopidogrel son los pilares de la terapéutica antiplaquetaria para las enfermedades arteriales, y junto con la heparina constituyen el principal tratamiento de los síndromes coronarios agudos. La aspirina, a pesar de sus limitaciones, es considerada el estándar de oro para la terapéutica antitrombótica en la patología arterial. Por actuar a nivel de receptores diferentes, la administración conjunta de aspirina y clopidogrel incrementa la inhibición plaquetaria, aunque todavía se discute si el tratamiento combinado es mejor que la aspirina sola en la prevención de la trombosis. En realidad, los nuevos antiplaquetarios y anticoagulantes orales (antitrombina, antifactor X activado) así como las terapéuticas múltiples que afectan la hemostasia primaria o la combinación de antiplaquetarios y anticoagulantes, son tratamientos más agresivos que los realizados con aspirina, heparina o anticoagulantes dicumarínicos. Los tratamientos antitrombóticos combinados presentan un incremento del riesgo y se asocian con una mayor incidencia de hemorragias, especialmente en pacientes de edad avanzada, en aquellos con patologías hepáticas o renales, y en pacientes que necesitan revascularización temprana. Las nuevas monoterapias o las combinaciones de agentes antiplaquetarios (clopidogrel o prasugrel más aspirina) presentan una mayor tendencia hemorrágica que el tratamiento con aspirina sola. En este trabajo se discutirá también la posibilidad de que las drogas antitrombóticas incrementen el riesgo de trombosis, en lugar de prevenirla (efecto paradojal).

Palabras clave: Riesgo-beneficio enfermedad cardiovascular trombótica sistema hemostático terapia antitrombótica.

2011-09-26   |   503 visitas   |   2 valoraciones

Vol. 37 Núm.1. Enero-Marzo 2008 Pags. 11-20 Rev Fed Arg Cardiol 2008; 37(1)