Fragmento

Una reciente publicación resaltaba que las funciones de cualquier universidad son dos: generar conocimiento y transmitir conocimiento. La primera se logra mediante la investigación y la segunda se cumple con la docencia. En el caso de aquellas dedicadas al ámbito biomédico, se añadiría la asistencia como tercera función. Pero mientras en universidades extranjeras la producción científica es elevada, la conocida frase “Universidad que no hace investigación es Universidad” parece afectar demasiado al sistema universitario ecuatoriano, conformado actualmente por más de setenta universidades. De todas son muy pocas las que hacen investigación, pero generalmente esta trasciende más allá de pequeñas aplicaciones o desarrollos tecnológicos, que a menudo solamente son adaptaciones de trabajos realizados en otros países; y sin menospreciar a los pequeños proyectos e investigaciones aisladas, lamentablemente sus resultados con frecuencia permanecen archivados. El problema de la investigación en el Ecuador y particularmente en sus universidades, no es la falta del diseño de políticas y líneas, aunque posiblemente sí lo sea en parte su aplicación. Como muestra basta dar una mirada a los bien elaborados documentos producidos en los dos últimos años por la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (SENACYT) y la Fundación para la Ciencia y la Tecnología (FUNDACYT) y a los diferentes planes y programas de investigación que tienen en el papel la mayoría de las universidades.

Palabras clave:

2011-10-07   |   778 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 31 Núm.3. Agosto-Diciembre 2006 Pags. 57 Rev Fac Cien Med Quito 2006; 31(3-4)