Adam no quiere a Eva en Villa Clara

Autor: Aparicio Suárez José Luis

Fragmento

Cuando se vaticina en la provincia, como en toda Cuba, un avance del envejecimiento poblacional, con los desafíos que esto implica desde los puntos de vista médico, familiar y social, es válido que la comunidad científica y la población presten una mayor atención a los factores de riesgo cardiovascular, incluso con el sentido de individualizarlos. El riesgo de cada uno de nosotros depende, esencialmente, de la carga genética y del estilo de vida que llevemos; la enfermedad cardiovascular es más frecuente en aquellos individuos con un fenotipo vulnerable, en los que suele evidenciarse un envejecimiento biológico temprano. Se define a EVA (envejecimiento vascular acelerado) como la disociación entre la edad cronológica y la biológica de la pared arterial, manifestada fundamentalmente por aterosclerosis acelerada y factible de medir a través de la determinación de la longitud telomérica y de la elasticidad arterial. La copia del telómero (extremo terminal del ADN) se realiza a través de la acción de un cebador (primer) y una enzima: la “telomerasa”, la cual reduce su actividad en la etapa de envejecimiento; por tanto, el acortamiento de la longitud de la porción final del cromosoma (telómero) es expresión de la edad biológica de cada individuo. La predisposición genética determina mayor vulnerabilidad ante la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, el sedentarismo, la obesidad, el síndrome metabólico, la dislipidemia, el estrés y el hábito de fumar.

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2011-10-10   |   982 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 15 Núm.3. Abril 2011 Pags. 250. Medicentro 2011; 15(3)