Fragmento

Durante los últimos años los avances en la terapéutica de los pacientes que padecen artritis reumatoide han sido considerables. La introducción de los agentes biológicos indiscutiblemente ha cambiado para un número importante de pacientes su calidad de vida y la forma de percibir su enfermedad. Sin embargo, estos avances, en la mayoría de los países de Latinoamérica, no van enlazados a un programa de educación a pacientes que tenga un verdadero impacto en el bienestar de las personas afectadas. Generalmente, estos programas de educación están basados en ciclos de charlas y material didáctico, y el avance se mide en los cambios que en el conocimiento sobre la enfermedad recibe el paciente. Sin embargo, debemos reflexionar que el hecho de enseñar al paciente no es lo mismo que el aprendizaje por parte de este, que una simple transmisión de la información al paciente durante el proceso de educación no significa que el proceso de enseñanza existe. Es decir, el objetivo de enseñar, en la mayoría de los casos, todavía es transmitir la información al paciente, esperando, a su vez, que el afectado sea capaz de reproducirla. La eficacia de la intervención educativa se puede evaluar más adecuadamente, con base en mediciones de las perspectivas de los pacientes sobre su bienestar y actividad diaria.

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2011-10-28   |   502 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 13 Núm.1. Enero-Marzo 2006 Pags. 7-8 Rev. Colomb. Reumatol. 2006; 13(1)