En el mundo occidental, la enfermedad cardiovascular es la principal causa de morbimortalidad. Esto se debe principalmente a la ateroesclerosis y a sus manifestaciones clínicas. Como la causa última de la ateroesclerosis es aún un misterio, toda nuestra atención se dirige al tratamiento de sus secuelas o a reducir los factores de riesgo modificables, como el tabaquismo, el sedentarismo, el disbalance nutricional, la hipertensión arterial, la intolerancia a la glucosa y la diabetes, la dislipemia, el sobrepeso y la adiposidad abdominal, y los marcadores de inflamación crónica. Las distintas modalidades de tratamiento tienen un importante papel en el desarrollo de las estrategias destinadas a reducir la carga de la enfermedad cardiovascular. Se considera de enorme valor la contribución potencial del tratamiento farmacológico con aspirina, betabloqueantes, estatinas e inhibidores de la enzima convertidora, particularmente si está disponible a bajo costo. Llama la atención que las intervenciones terapéuticas más costosas contribuyen relativamente poco a la reducción de las enfermedades cardiovasculares, lo cual probablemente se relaciona con que se aplican demasiado tarde y a muy pocos de los sujetos en situación de riesgo y, en cualquier caso, su costo es elevado. Si efectivamente se quiere reducir la carga de la enfermedad cardiovascular, uno debe actuar sobre los factores de riesgo modificables y cambiar el estilo de vida de la población mucho antes de que la enfermedad cardiovascular ocurra. Este es el objetivo de la prevención.
2011-11-30 | 541 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 40 Núm.3. Julio-Septiembre 2011 Pags. Rev Fed Arg Cardiol 2011; 40(3)