Editorial

 

Autor: Sánchez Mejía Rodolfo

Completo

Recuerdo con nostalgia mis años de estudiante en la Facultad de Odontología de nuestra H. UNAM, lugar en donde aprendimos los primeros pasos en esta carrera llena de emociones, y lo digo literal, llena de emociones porque es una conjugación de amor y pasión. Cuando empezamos a ejercer nuestra profesión, creemos saber todo lo escrito en la historia científica del diente. Empezamos a interesarnos más y más en nuestra profesión y muchas de las veces invadimos ramas que sólo competen a los especialistas, convirtiéndonos en “todólogos” por una “valentía” mal entendida, otras veces por desconocimiento y otras tantas por no perder al paciente. A esto le llamo: errores de juventud. Cuando nos remontamos tiempo atrás en donde el herrero, el peluquero o el boticario eran los odontólogos, hacían verdaderos milagros por quitar el dolor dental, con una nula tecnología en aquellos no tan lejanos tiempos, eran simples “sacamuelas”, eran odiados, indeseados, y el último recurso para otorgar el descanso era la extracción de la pieza dental. Ahora es un verdadero escándalo si un odontólogo, que se considere respetable, no se ayuda de la Odontología Interdisciplinaria, se apoya en los verdaderos especialistas, hace un plan de trabajo detallado y se ayuda con toda la tecnología que tenemos a nuestro alcance, basándose en un marco científico. Las nuevas generaciones y todo aquel odontólogo, que se preocupe por su preparación, tienen todo para hacer de esta bella profesión un trabajo más placentero, predecible y duradero para su paciente. Deja de ser el “todólogo”, que tus manos sirvan para ayudar a escribir el futuro de la Odontología.

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2011-12-19   |   694 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 3 Núm.5. Febrero 2011 Pags. 1 Rev Nal Odontol Méx 2011; 3(V)