Autor: Muci Mendoza Rafael
En la década setenta, antes del advenimiento de la tomografía computarizada de las órbitas, los meningiomas de la vaina del nervio óptico eran considerados de rara ocurrencia y su diagnóstico positivo solo era posible en aquellos casos en que por su tamaño producían proptosis ocular, la que conducía a su extirpación quirúrgica. El tumor de crecimiento tubular, comprime el nervio en forma progresiva hasta atrofiarlo por completo. Sus manifestaciones clínicas incluyen la pérdida gradual de la agudeza visual hasta alcanzar la ceguera, edema del nervio óptico y luego atrofia del mismo, y presencia de venas colaterales optociliares. Este complejo signológico se designa como tríada de Hoyt-Spencer. Un hecho patológico distintivo de estos tumores objetivado mediante resonancia magnética de órbitas con administración de gadolinio y supresión de grasa, es la presencia de una dilatación quística del espacio subaracnoideo perióptico entre el límite distal del tumor y el polo posterior del ojo. Presentamos el caso de un paciente ilustrativo con demostración histopatológica de las colaterales venosas y del quiste aracnoideo.
Palabras clave: Órbitas meningioma nervio óptico colaterales optociliares resonancia magnética quiste aracnoideo perióptico.
2011-12-21 | 2,094 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 119 Núm.1. Marzo 2011 Pags. 48-54 Gac Méd Caracas 2011; 119(1)