Autor: Avilán Rovira José Miguel
Julio-Septiembre de 1910 El 8 de julio en sesión solemne se efectuó el homenaje anual al Dr. José María Vargas, que por motivo del duelo de la Academia, por la muerte del Dr. José I. Cardozo, no pudo verificarse el pasado 11 de junio. Correspondió al Dr. José Antonio Rísquez leer algunos de los párrafos del testamento del maestro. En este discurso, cuya lectura recomendamos, comienza por reconocer que “ha sido el primero en glorificar ante el mundo el título de Médico Venezolano”. Al iniciar la lectura del testamento según dice “salta a la vista la primera condición de quien fue llamado justo. Nuestro Vargas aparece no solo como el docto que llenó ambos mundos con la gloria de su nombre y los frutos de su labor científica, sino como el creyente fervoroso, que mientras más ahondó en los estudios de la naturaleza, más de cerca sintió la mano y percibió la inteligencia de un Criador, y más celoso guardó en su alma los tesoros de sus místicas creencias”. Sus primeras afirmaciones son para atestiguar su fe inquebrantable en la religión católica, que según el doctor Rísquez “demuestran que no existe la supuesta incompatibilidad entre el saber y el creer, que aquí como en todas partes y en los tiempos actuales como en las edades antiguas, la perfección individual y social se apoya sobre la triple institución del Gimnasio, la Universidad y el Templo.”
2011-12-21 | 416 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 118 Núm.3. Julio-Septiembre 2010 Pags. 257-258 Gac Méd Caracas 2010; 118(3)