¿Hemorragia encefalomeníngea o hemorragia de punción?

Fragmento

La punción lumbar es considerada como un recurso indispensable para el diagnóstico seguro de la hemorragia encefalomeníngea del recién nacido: se acepta que la obtención de un líquido cefalorraquídeo con sangre autoriza a afirmar con gran certidumbre la existencia de dicha hemorragia, aun cuando los síntomas clínicos sean dudosos. Con este concepto, el diagnóstico en cuestión pareciera relativamente fácil de establecer. Pero no es así sin embargo, y es sobre ello que queremos llamar la atención. Dadas las pequeñas dimensiones del canal raquídeo del recién nacido y la disposición anatómica de sus plexos venosos, situados en la pared anterior, la punción lumbar, aun cuando se la haga con la más correcta técnica, provoca frecuentemente hemorragias. Es esto bien sabido. Cuando la punción dá salida con rapidez a gotas de sangre venosa que coagula pronto y es seguida inmediatamente por líquido raquídeo más o menos teñido, o por el contrario, el líquido claro al principio se va mezclando poco a poco con sangre, resulta casi indiscutible que se trata de una “hemorragia de punción”. Pero cuando se obtiene sangre pura o líquido discretamente teñido, no siembre se puede asegurar con firmeza si ello se debe o no al traumatismo causado por la aguja. Veamos cuales son los elementos de juicio que pueden emplearse para dilucidar el punto, de acuerdo con lo establecido por la literatura sobre el particular.

Palabras clave:

2012-01-11   |   640 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 109 Núm.6. Noviembre-Diciembre 2011 Pags. 555-556 Arch Argent Pediatr 2011; 109(6)