Fiebres que no deberían matar

Autor: Valbuena Gustavo

Fragmento

Entre julio de 1934 y agosto de 1936, 65 personas desarrollaron un síndrome febril agudo y grave en la población de Tobia (Cundinamarca) que, por entonces, contaba con 260 habitantes, aproximadamente. Sólo tres de estos pacientes sobrevivieron y la mayoría de los que murieron eran menores de 30 años. En varios casos, familias enteras sucumbieron a la enfermedad, por lo que los habitantes de la zona decidieron quemar las casas, incluso su contenido, cuando ocurría una muerte. Un equipo del Instituto Nacional de Higiene, bajo la dirección de Luis Patiño Camargo, y después de una exhaustiva y minuciosa investigación, logró determinar que el agente etiológico de la fiebre de Tobia era Rickettsia rickettsii, la misma bacteria causante de la fiebre manchada (petequial o exantemática) brasilera y la fiebre manchada de las Montañas Rocosas. Las rickettsias son bacterias intracelulares obligadas transmitidas por artrópodos que infectan, principalmente, las células endoteliales de los vasos sanguíneos. Estas bacterias tienen una distribución global y causan enfermedades agudas con compromiso sistémico que pueden ser letales si no reciben tratamiento antibiótico adecuado y oportuno. Las rickettsias que causan enfermedades en humanos han sido divididas en dos grupos, tifo y fiebres manchadas, con base en sus características biológicas e inmunológicas.

Palabras clave:

2012-02-14   |   465 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 27 Núm.3. Julio-Septiembre 2007 Pags. 321-324 Biomédica 2007; 27(3)