Editorial

Autor: Grego Samra Elías

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El Siglo XX es sin lugar a dudas un siglo de tiempos muy interesantes, pasamos de menos de mil millones de habitantes a seis mil millones, ahora se tiene una expectativa de vida de 80 años, cuando a principios era de sòlo 45, de no tener en las comunicaciones más que el telégrafo y el correo, ahora tenemos saturada de ondas de radio, televisión y microondas la atmósfera. Se ha mejorado la agricultura y ganadería, augurando que nuestro planeta puede soportar hasta 50 mil millones de habitantes, la medicina está trabajando sobre el genoma humano para desentrañar e intentar curar enfermedades y sobre todo prevenirlas, nuestra forma de vivir es aparentemente más sencilla, tenemos formas muy estructuradas para ir de un lugar a otro, sabemos casi de inmediato lo que pasa en los lugares más remotos e inaccesibles del planeta, se describen con asombrosa rapidez los descubrimientos e ideas, en fin, las cosas que necesitamos las obtenemos en un tris, pero aquí me pregunto ¿con todos los adelantos y descubrimientos que se han dado, hemos aprendido a vivir y convivir mejor con nuestros semejantes? ¿Por qué no podemos aceptarnos como somos? ¿qué tan importante puede ser nuestro credo para intentar acabar con el de nuestros semejantes?. ¿Por qué el tener se ha convertido en tan importante factor para la vida? Las anteriores preguntas son tan sólo unas cuantas de las que estamos obligados a hacernos, no se puede creer que la humanidad haya caminado tan lejos y que la experiencia de vivir en paz y armonía nos sea despojado por la envidia, sabemos que eso fue lo que nos expulsó del paraíso, pero el verdadero paraíso es esta bendita tierra que tenemos, no tenemos otro lugar a donde ir. Cuando las religiones nos fueron propuestas y las abrazamos, todas sin excepción, nos restringieron lo mismo, aunque es tal vez la naturaleza humana la portadora de aquellos deseos e inclinaciones que hemos de desterrar de nuestro sistema para convivir, aceptando y respetando al prójimo aplicando la regla de oro, la regla de amarnos los unos a los otros, ¿qué tan difícil puede ser? ¿acaso no vamos a aprender jamás que el bienestar de los demás es el bienestar propio?

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2003-02-12   |   669 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 56 Núm.2. Marzo-Abril 1999 Pags. 48. Rev ADM 1999; LVI(2)