Editorial

Completo

En todos los ámbitos del quehacer humano la ética guía las acciones hacia el lugar donde la realidad del ser y el ideal del deber ser se unen en la racionalidad y la conciencia, en la aventura de trascender con la congruencia del pensamiento y de los actos, de uno mismo y con los otros. Quizá en ninguna otra profesión la ética evidencia con mayor claridad su razón de existir, como ocurre en el campo de la medicina, donde el profesional enfrenta el dilema de la vida y la muerte. Ejemplo del compromiso de conjuntar el pensamiento humanístico y el científico en la búsqueda del bien del otro, del paciente, en quien recaen las consecuencias de las acciones de otro ser humano, que es el médico. Desde el Código de Hammurabi y el Juramento de Hipócrates, hasta los códigos éticos de nuestros días, la ética médica evoluciona e interacciona con otras disciplinas como la filosofía, el derecho, la antropología, la psicología, la sociología, la comunicación, y cada una de las áreas del conocimiento preocupadas por encontrar solución a las dudas y conflictos que surgen en la práctica médica. En las últimas décadas, la ética médica se ha integrado en un concepto llamado bioética que redimensiona la ética racional basada en el conocimiento científico, biológico y médico. Es así como la bioética engloba las ciencias de la salud y de la vida, con el afán de valorar las repercusiones de los actos que vulneran la dignidad del ser humano y ponen en peligro su existencia. Los prestadores de servicios médicos deben estar conscientes de que la ética se extiende a todos los ámbitos sociales, culturales o económicos de una sociedad, y que su práctica crea una mejor calidad de vida tanto en la individualidad como en cualquier plano de las relaciones humanas, como lo son el trabajo o la familia. En México, los docentes, investigadores y profesionales de la salud tienen la responsabilidad de guiar su quehacer con los principios de la ética, promover su práctica y fomentar su enseñanza. El propósito de abordar la bioética en el presente número, es compartir con nues-tros lectores la preocupación por el cumplimiento de los preceptos éticos y deontológicos de la medicina. Adentrarnos en este campo es comprender los grandes beneficios de su aplicación para los prestadores de servicios médicos y los usuarios, reconocer los esfuerzos de las instituciones educativas, valorar la urgencia de trabajar en la creación de Comités de Ética Médica que permitan mejorar la medicina en nuestro país. La ética es conocimiento que nos permite disipar la incertidumbre que provoca la entrada al próximo siglo y dirigir nuestra energía hacia la solución de los problemas, centrando la confianza en lo que deseamos que ocurra.

Palabras clave: .

2003-02-13   |   669 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 2 Núm.7. Abril-Junio 1998 Pags. 3. Rev CONAMED 1998; 2(7)