Resumen

La tuberculosis acompaña a la humanidad desde hace siglos. Una de las pruebas más antiguas son las lesiones de mal de Pott dorsal, presentes en un esqueleto encontrado por Barthel (1907) cerca de Heidelberg, que data de unos 5000 años antes de Cristo. Similares hallazgos se han observado en momias egipcias. En 1973 se produce el descubrimiento más documentadode la paleopatología de la enfermedad, cuando Allison, Mendoza y Pezia publican en la revista ‘American Review of Respiratory Diseases’ sus hallazgos en una momia de un niño encontrado en Nazca (Perú) con lesiones en el lóbulo pulmonar inferior derecho, pleural, hígado, pelvis renal y columna lumbar. Cuando se tiñó el material proveniente de las distintas lesiones según la técnica de Ziehl Neelsen, pudo demostrarse la presencia de múltiples bacilos ácido alcohol resistentes. El Instituto Municipal de Salud de Pereira reporta desde 1993 aumento en el número de casos de tuberculosis pulmonar. Para diseñar mejores estrategias de control con la Secretaría de Salud Departamental de Risaralda, se realizó un estudio de sintomáticos respiratorios y tuberculosis pulmonar en comunidades cerradas. Previo consentimiento de las instituciones y las personas, se visitaron cuatro cárceles en diferentes municipios de Risaralda: el Batallón de Infantería San Mateo, Centros de Reeducación y Ancianatos. A todos las personas se les interrogó y realizó un examen físico cardiopulmonar; a los sintomáticos se les realizaron baciloscopias seriadas para identificar bacilos ácido alcohol resistentes. Ninguna de estas personas había sido clasificada como enferma de tuberculosis y quienes tuvieron prueba de esputo positiva iniciaron tratamiento y educación para la salud respiratoria. Se evaluaron 1071 personas de los recintos cerrados; de ellas el 10.8% fue sintomático respiratorio y el 0.4% positivo en la prueba de esputo para bacilos ácido alcohol resistentes. La positividad en sintomáticos respiratorios fue de 3.4%. Todos los resultados positivos se encontraron en las cárceles de Pereira y Santa Rosa de Cabal. El tamizaje de sintomáticos respiratorios es una prioridad de salud pública, especialmente en recintos cerrados como las cárceles, donde las condiciones higiénico sanitarias y el hacinamiento favorecen la transmisión de la tuberculosis, además que estos internos mantienen contacto frecuente con las familias de origen, lo que hace posible que se disemine el bacilo a la comunidad.

Palabras clave: Tuberculosis en comunidades cerradas; Sintomáticos respiratorios en comunidades cerradas; Baciloscopias seriadas en comunidades cerradas.

2012-03-09   |   435 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 6 Núm.9. Septiembre-Abril 2004 Pags. 28-35 Invandina 2004; 6(9)