Autor: Martínez Cortés Fernando
En su Etica Nicomaquea, Aristóteles dice que el fin o el bien ético de la medicina es la salud, asunto que de diferentes maneras se sigue expresando hasta nuestros días. Hace ya medio siglo que los voceros de la Organización Mundial de la Salud dijeron que la salud no es solamente la ausencia de enfermedades, sino la situación de bienestar físico, psíquico, social y cultural del individuo. Pero las cosas no son tan fáciles cuando se trata de definir el bienestar. Se olvida que hay asuntos humanos no definibles, sino solamente sensibles. A estos pertenecen el bienestar, la felicidad y el amor, por ejemplo. Uno de los razonamientos éticos fundamentales es reparar en esto que se llama reduccionismo. Hemos reducido al paciente como persona humana, a cuerpo humano. Y de aquí partirán, evidentemente, muchas conductas no éticas.
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2003-02-14 | 4,868 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 2 Núm.9. Octubre-Diciembre 1998 Pags. 29-30. Rev CONAMED 1998; 2(9)