¿Por qué en México aún existen médicos veterinarios y programas institucionales que no priorizan la formación de los futuros colegas en campos que requieren de mayor especialización?, además de que la sociedad exige un servicio profesional de salud para sus animales de compañía. De manera particular, es posible ver que llega una urgencia torácica y, por lo general, los profesionales sugieren la muerte inducida. Esta situación nos incita a reflexionar sobre el aspecto ético en lo referente a la profunda entrega y pasión por lo que hacemos, aunado al compromiso y la gran responsabilidad que implica comprometernos con la vida de otros. ¿Será posible que hayamos perdido esa capacidad o que nos interese más la imagen que los resultados? Hoy en día existe un fenómeno hacia el interior de los programas de especializaciones respecto a soslayar los aspectos inherentes al traumatismo. Los médicos veterinarios especialistas nos fascinamos con estructuras moleculares, tratamientos innovadores para enfermedades terminales o endocrinas, la comprensión de fenómenos que suceden en insuficiencias, expresión génica, inmunogenética, virología, o bien, la producción de vacunas, entre otros campos; sin embargo, hemos hecho a un lado la contundencia que genera el trauma como causa importante de enfermedad y muerte. Se podría argumentar que no todo el trauma afecta la cavidad torácica, aunque en términos generales se considera que una parte importante involucra a ésta de manera exclusiva y en la mitad de los casos se acompaña de afecciones concomitantes (sistema nervioso central, abdomen o extremidades). Esto involucra una cuestión nada despreciable como causa de morbimortalidad dentro de nuestro entorno y ante la cual debemos tomar conciencia, sobre todo al considerar la gran cantidad de animales que son víctimas de lesiones ocasionadas por accidentes de vehículo de motor o por agresiones de congénere que ocasionan daño en la cavidad torácica. A pesar de considerarse una urgencia frecuente con alta letalidad y repercusiones que interesan al especialista, tal parece que dicho interés es escueto si tomamos en cuenta que son escasos los cirujanos de tórax en el país. Se comenta que de los casos de urgencias torácicas que logran llegar a un hospital veterinario alrededor de 90% se resuelve con una sonda de drenaje pleural, pese a que algunos requieran atención especializada urgente; es inaudito que se opte por el sacrificio humanitario. Los accidentes no pasan de manera fortuita, se arman mediante la conjunción de factores que aisladamente parecen simples e inocuos, pero al unirse terminan en verdaderas catástrofes, como la muerte. Cuando el conflicto es de vida o muerte y no existen precedentes que alumbren el camino, sólo profesionales comprometidos son capaces de arrojarse al abismo de lo desconocido e intentar resolver el problema con su bagaje de conocimientos y abrir nuevos horizontes que ayuden al paciente y, en tal caso, proporcionar excelente calidad de vida.
2012-04-28 | 587 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 23 Núm.1. Enero-Febrero 2012 Pags. 4 Revista AMMVEPE 2012; 23(1)