Ateroesclerosis, enfermedad vascular carotídea y stroke.

Papel del cardiólogo 

Autor: Paolantonio Daniel

Fragmento

Los cardiólogos somos testigos de los importantes avances logrados en la prevención, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad coronaria, con la consecuente disminución de la morbimortalidad. No es infrecuente que estos mismos pacientes presenten patología vascular en otros territorios las cuales también pueden ser responsables de eventos vasculares duros, y es por esto que, pensando en el ejercicio de una medicina cardiovascular no focalizada solamente en la enfermedad coronaria, es importante que todo especialista en contacto con un enfermo portador de enfermedad ateroesclerótica, independientemente de dónde ésta se manifieste, piense proactivamente y trabaje en equipo multidisciplinario en pos de la prevención y el diagnóstico precoz de patologías responsables de potenciales eventos, pudiendo evitar así sus consecuencias. Uno de las patologías que pueden presentarse en estos pacientes es el stroke; las estadísticas la señalan como tercera causa de muerte (luego de la patología cardíaca y el cáncer) y primera generadora de incapacidad, lo cual evidencia la gravedad de esta enfermedad y el impacto que produce en la población. Una actualización epidemiológica de la American Heart Association mostró que en los Estados Unidos se produce un stroke cada 53 segundos, o sea más de 700.000 casos anuales; la mortalidad es del 30-35% (60% son mujeres), el 35-40% queda con algún grado de invalidez, la tasa de recurrencia anual oscila entre el 4% y el 14%, y más del 20% de los que sufrieron un stroke fallecen en el plazo de un año. La recurrencia acumulada de un nuevo stroke a 5 años se encuentra entre el 25% y el 40% para los que sufrieron stroke y en el 35% para los que padecieron ataque isquémico transitorio (AIT).

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2012-05-21   |   426 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 34 Núm.2. Abril-Junio 2005 Pags. 191-194 Rev Fed Arg Cardiol 2005; 34(2)