Autores: Petriella Rosa Graciela, Valzacchi Andrea Evangelina
En la realidad educativa actual se observa que generalmente, en la enseñanza de la Química el educador transmite los contenidos del programa de estudio de forma dogmática, considerando de manera errónea que en la medida en que cumpla con el programa está enseñando. La exclusión de motivación, creatividad, de bajada al mundo empírico del plan de clases; trae como consecuencia el desinterés del alumnado, el deterioro de la atención y la participación del grupo. Por dicha razón, debe ser planteado seriamente qué es lo que perseguimos con la enseñanza de la Química. Es importante que la clase no se limite a la mera entrega de representaciones de la realidad sino que ofrezca también al alumno oportunidades de actuar práctica y cooperativamente y se encuentre con el mundo de las cosas de una manera viva y activa. Se busca lograr que el grupo escolar se interese por la Química desde la realidad cotidiana, adicionando el aprendizaje social a través de la cooperación y la convivencia y aproximando a los alumnos a los valores que deseamos transmitir mediante dicha asignatura. La Química genera desde la práctica espacios creativos que pueden ser aprovechados para mover al alumno no sólo al aprendizaje de la materia sino también a gustar de ella; y facilitar al docente una forma diferente de evaluar el aprendizaje.
Palabras clave: Ciencia cocina transformaciones investigación experimentación
2012-06-18 | 681 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 10 Núm.3. Diciembre 2011 Pags. 243-252 Qviva 2011; 10(3)