Fragmento

Vine a conocer de la existencia del CIDEIM –por ese entonces lCMRT- a comienzos de la década del 60, gracias a mis amigos en Endocrinología y Nutrición de la Universidad del Valle. A comienzos del 61 regresamos de los Estados Unidos Eduardo Gaitán M. y yo, ya especializados como endocrinólogos quienes, por haber sido amigos desde el colegio, manteníamos una relación profesional muy estrecha, que he narrado en algunos de mis escritos. Mi gran interés en ese momento eran los estudios de fisiología y patología tiroideas con yodo radioactivo, tema que a Eduardo también le interesaba, aunque en esos años se ocupaba inicialmente de la secreción mamaria y de sus relaciones con las hormonas hipofisarias. Cuando él viajaba a Bogota, visitaba mi laboratorio del Instituto de Cancerología y yo hacía lo mismo con el de él cuando viajaba a Cali. En ese momento se iniciaban allí los estudios sobre bocio endémico y la relación que éste pudiera tener con la nutrición, especialmente en niños e infantes, siguiendo las ideas de Cravioto en México y de Roche en Venezuela; y el grupo de pediatría y nutrición del Valle venia realizando dichos estudios financiados por el ICMRT. Por ello vine a conocer a Antonio D'Alessandro, su Director, y a enterarme de los diversos proyectos de investigación que el venia dirigiendo o coordinando. Poco después, hacia 1963, se iniciaron los estudios sobre bocio endémico en Candelaria de los cuales Eduardo me mantuvo siempre bien informado y de los cuales me llegaron informes más completos cuando yo (que dirigía el Departamento de investigación de Cancerología desde 1964) hice parte del Consejo Asesor de Investigaciones de COLCIENCIAS a partir de 1969.

Palabras clave:

2012-06-19   |   458 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 34 Núm.1. Enero-Marzo 2012 Pags. 48-54 Medicina Ac. Col. 2012; 34(1)