Introducción Los ganglios linfáticos axilares constituyen las estaciones de drenaje de la glándula mamaria, de los linfáticos cutáneos de la extremidad superior, del tórax y la pared abdominal superior. Este rasgo anatómico ha permitido justificar racionalmente desde finales del siglo XIX la linfadenectomía de la axila, como parte del tratamiento quirúrgico del cáncer de mama y piel. La disección linfática axilar para cáncer de mama y el cáncer de piel es realizada hasta los actuales momentos para obtener el control local de la enfermedad, evitando así la recurrencia local y las secuelas de ulceración, sangrado, infección y dolor; para planificar el tratamiento adyuvante, y porque el estado de los ganglios es el más valioso predictor de pronóstico. Lo que permanece debatible es si las metástasis ganglionares gobiernan o sólo indican mal pronóstico, o si la linfadenectomía de extensión variada puede ofrecer una ventaja en la supervivencia. Esta heterogenicidad de criterios ha servido como fuente de confusión y controversia por años.
2012-07-02 | 428 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 117 Núm.2. Junio 2009 Pags. 117-123 Gac Méd Caracas 2009; 117(2)