Autor: Muci Mendoza Rafael
Introducción Feinstein y col. (1954) hallaron que estimulando los tejidos blandos en la mitad de una línea entre la protuberancia occipital externa y el arco posterior del atlas (C1), producía dolor referido a la frente. Posteriormente, en 1961 Kerr demostró que la estimulación eléctrica de las terminaciones de la primera raíz cervical (C1) produce dolor referido a la órbita, región frontal y el vértex craneal, y concluyó que existe una conexión funcional entre las raíces cervicales superiores (C1, C2 y C3) y el tracto trigémino-cervical (TTC). Siendo que el trigémino y específicamente su rama oftálmica y no las primeras raíces cervicales, inerva la frente y la región periocular, es posible que la irritación de articulaciones o tendones de la columna cervical superior vía aferentes al TTC produzca dolor en las referidas áreas. Lo antedicho sugiere una conexión entre estructuras cervicales y áreas diferentes a las correspondientes a las dermatomas de las raíces cervicales superiores. Si no fuera para establecer un contacto funcional, ¿Por qué el núcleo somático del trigémino desciende hasta el nivel de la tercera metámera cervical? El dolor de las cefaleas vasculares es entonces mediado por dependientes de los sistemas sensitivos del trigémino y las primeras raíces cervicales. Fibras sensitivas se encuentran en las arterias cerebrales, meníngeas, senos durales y arterias intracraneales, y su estimulación eléctrica en humanos, produce un dolor similar en localización e intensidad a los que sufren cefaleas. Tal dolor es transmitido siguiendo las tres divisiones del trigémino, pero la rama oftálmica a través del nervio del tentorio es el responsable de la mayor parte de la transmisión (Lambert y col. 1991).
2012-07-05 | 269 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 117 Núm.1. Marzo 2009 Pags. 3-6 Gac Méd Caracas 2009; 117(1)