Lactancia materna en el siglo XXI

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Uno de los retos para los pediatras en el presente siglo es dejar de ser simples promotores de la lactancia materna, para convertirnos en verdaderos defensores de dicha práctica. La medicina basada en la evidencia respalda que se promueva la lactancia materna cada día con mayor fuerza, pues la misma ha garantizado la permanencia de la especie humana en el planeta por sus incomparables ventajas. Cada día se documentan nuevos valores de este alimento, que explican la existencia de un círculo virtuoso que involucra al hijo, su madre, la familia, el medio ambiente y la sociedad en su más amplio sentido. En los últimos dos siglos, la dinámica social registró un cambio trascendental estimulada por la revolución industrial, las grandes guerras, las migraciones y los avances tecnológicos, entre otros aspectos, generando cambios importantes en los hábitos alimentarios de la población. Durante el siglo pasado se registró una tendencia descendente en la tasa de amamantamiento, la cual se vio propiciada, en parte, por los deseos de superación profesional de la mujer, su masiva incorporación al mercado laboral y al concomitante desarrollo de una industria farmacéutica productora de sucedáneos de la leche materna, que vio en las madres un mercado cautivo al cual dirigir sus campañas publicitarias de productos que desalentaban, directa o indirectamente, la práctica de la lactancia materna. En la actualidad, en los países donde se han implementado políticas de apoyo, promoción, defensa y protección de la lactancia materna, se ha registrado una repercusión positiva en la morbilidad y mortalidad infantil, lo cual justifica todos los esfuerzos encaminados a su rescate. Haber perdido la práctica de amantamiento en el siglo XX y haberla sustituido por leche de vaca y alimentos cada vez más procesados nos trajo como consecuencia la aparición de enfermedades no trasmisibles, degenerativas y metabólicas en el hombre del siglo XXI. Debemos sumar esfuerzos por rescatar la práctica de la alimentación natural, que en definitiva es la que va a determinar que tengamos seres humanos sanos, sensibles, inteligentes, aptos para afrontar los retos que la evolución universal impone. Lactancia materna y ecología es un binomio importante que no debemos olvidar si queremos un mejor país, un mejor continente y un mejor planeta. Recordemos que la lactancia materna en la primera hora de vida salva un millón de niños!! Comisión de Lactancia Materna Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría

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2012-08-10   |   1,086 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 74 Núm.4. Octubre-Diciembre 2011 Pags. 137 Arch Venez Pueri Pediatr 2011; 74(4)