El corazón del sistema que genera los rayos X está compuesto por un tubo. La radiación electromagnética que los forma se produce cuando electrones de alta velocidad chocan contra la materia. A partir de este principio podemos empezar a visualizar las partes que se necesita en el tubo para satisfacer las condiciones para poder producir esta clase de rayos. Primero, se necesita una remesa de electrones, para lo cual se emplea un filamento de tungsteno. Éste, al calentarse mediante una línea de bajo voltaje, produce una nube de electrones (incandescencia) y se rodea por una copa enfocadora de molibdeno. Es el cátodo del tubo de rayos X. Opuesto a dicho filamento y cubriéndolo se encuentra una pequeña placa rectangular, también hecha de tungsteno. Ésta es el blanco hacia el cual se dirigen los electrones de alta velocidad. Se encuentra incrustada en un vástago de cobre para facilitar la rápida conducción del calor a partir de ella durante la generación de los rayos. Ésta es el ánodo del tubo de rayos X. Al área del blanco hacia el cual se enfocan los electrones del filamento y donde interactúan para generar la radiación se le llama punto focal. El filamento y el blanco se colocan en lados opuestos de un tubo de vidrio al vacío de tal manera que los electrones del primero viajen hacia el segundo sin la interferencia de los átomos del aire. El tungsteno se usa tanto para la fuente de electrones como para el blanco del tubo de rayos X debido a su alto número atómico y a su resistencia a la fundición.
2012-08-21 | 15,598 visitas | 5 valoraciones
Vol. 8 Núm.87. Octubre 2011 Pags. 8 Odont Moder 2011; 8(87)