Fragmento

Tradicionalmente se requiere de la observación de anormalidades anatómicas y fisiológicas, y luego de la descripción de signos y síntomas, para que el médico encamine todos los datos para un posible diagnóstico. En el caso de las enfermedades funcionales tal proceso es imposible, puesto que no hay defectos fisiopatológicos, se reconoce la existencia de una alteración a través de lo referido por los pacientes. Por otro lado, más de la mitad de los problemas gastrointestinales son funcionales, sin evidenciar daños físicos a través de los métodos diagnósticos. Estos trastornos funcionales digestivos (TFD) suponen una parte muy importante de las enfermedades gastrointestinales (casi 50%), por las que se consulta al especialista. Los criterios para su diagnóstico se han modificado, uno de los más importantes es que son padecimientos que duran al menos tres meses. Los criterios de Roma III ofrecen datos que apoyan al diagnóstico.

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2012-08-24   |   530 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 35 Núm.413. Abril 2012 Pags. 1-2,4 Prescripción Médica 2012; 35(413)