La historia de la odontología es muy antigua y tiene un desarrollo paralelo a la historia de la medicina. Se sabe que el hombre de las cavernas poseía dientes fuertes y duros, y existen evidencias de que tenía hasta cuartos molares. Se alimentaba principalmente de carne cruda y correosa, así como de raíces. No obstante, cuando descubrió el fuego, entre otras cosas lo utilizó para cocer los alimentos, volviéndolos más suaves y fáciles de digerir. Además, incluía en su dieta pescado, semillas como el trigo, maíz y arroz. Este cambio, también modificó sus dientes, los cuales se le comenzaban a caer y sus encías presentaban inflamación y abscesos. Al incluir almidones en su alimentación, comenzaron sus problemas dentales. En la caverna de Cro Magnon, en Dordogne, Francia, se encontró el registro del primer médico hace 20 000 años. Se aprecia la lucha entre el hombre y la enfermedad observándose a un curandero o chamán. Los hechiceros desempeñaron un papel muy importante en este período de la humanidad, ya que nos legaron el principio de la medicina. En la antigüedad los hombres no atribuían la enfermedad a factores biológicos, fisiológicos o bioquímicos, sino que pensaban que los culpables eran los malos espíritus, quienes eran combatidos por los brujos, chamanes y hechiceros a través de numerosos rituales. El fuego es uno de los elementos que ocupa un lugar muy importante en la historia de la odontología, ya que desde tiempos muy remotos el hombre usaba piedras calientes o brasas como antisépticos, colocándolas sobre una herida. Esto, con el tiempo evolucionó y constituyó el procedimiento conocido como cauterización. La extracción dental fue la primera manifestación de tratamiento odontológico y se llevaba a cabo en forma lenta con los dedos.
2012-08-27 | 1,483 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 8 Núm.92. Marzo 2012 Pags. 16-17 Odont Moder 2012; 8(92)