Buena fe y principio de confianza en medicina

Autores: Guzmán Mora Fernando, Arias Páez Carlos Alberto

Fragmento

Es apenas obvio que la buena fe existe. Es la base de la conciencia individual de las personas con una personalidad sana. El principio de la buena fe es creer por parte de A que B obra en justicia, en equidad, con transparencia y con su propia conciencia. Consiste en hacer el examen de si se obró con justi¬cia, equidad, conciencia, de manera cristalina, y bajo el convencimiento de ser así y no de otra forma. Por esto, la buena fe ha sido consagrada como un principio general del Derecho. El principio es un enun¬ciado lógico de una evidencia inmediata a la razón del hombre, que no tiene que entrar a probarse, es decir, es contundente –una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo; alguien no puede estar vivo y muerto–. Su va¬lidez trasciende las circunstancias de tiempo, modo y lugar. Se aplican a cualquier situación. Los principios generales constituyen fuente de ins¬piración en la creación de la norma. Por lo tanto, son verdades fundamentales que sirven para crear Derecho, integrarlo e interpretarlo en los vacíos que la norma no haya cubierto. No se limitan a un territorio o Estado, sino que tienden a ser universales. Además, su fundamento es la equidad, aplicable a las circunstancias de tiempo y lugar de cada caso. En fin, se basan en lo que pensarían personas hon¬radas y conscientes. Estos principios informan todo el derecho positivo y le sirven de base. Pueden inferirse por medio de inducción o de generalización periódica.

Palabras clave: Cirugía general; ética médica; legislación médica.

2012-09-03   |   866 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 27 Núm.3. Julio-Septiembre 2012 Pags. 192-195 Rev Colomb Cir 2012; 27(3)