Úlcera péptica perforada:

¿es la forma de la metanfetamina conocida como ‘‘cristal’’ un nuevo factor de riesgo? 

Autores: Martínez Aguirre AE, Romero Mejía C, Chacon Cruz Enrique

Resumen

Introducción: Se ha reportado la emergencia de nuevas drogas sintéticas relacionadas con la perforación de la úlcera péptica. Recientemente, se ha observado un incremento en el consumo de metanfetamina inhalada, y hemos descrito una asociación que relaciona el uso frecuente con sintomatología de enfermedad péptica y el evento de perforación. Objetivo: Determinar si el uso de metanfetaminas es un factor relacionado con la enfermedad ácido péptica y la perforación, así como conocer las variables demográficas de este grupo. Material y métodos: Estudio retrospectivo, comparativo, descriptivo y observacional. Se realizó análisis de expedientes de pacientes admitidos al Servicio de Cirugía, con diagnóstico de úlcera perforada, del periodo comprendido entre enero del 2002 a marzo del 2005. Se realizó análisis para determinar el cálculo descriptivo, así como la prueba Z, razón de momios, intervalo de confianza (IC), valor de p y prueba t de student. Resultados: Ingresaron 42 pacientes divididos en 2 grupos: usadores (n = 25) y no usadores (n = 17) de metanfetamina. Se encontró una diferencia estadísticamente significativa con relación a la edad, siendo menor en el grupo de usadores de metanfetamina (38,7 años vs 58,88 años, p = 0,0001). Además en el grupo de usadores hubo una tendencia a desarrollar perforación de la úlcera péptica en edades más tempranas, comparados con el grupo de no usadores (p = 0,0001). En cuanto a la presentación clínica, no hubo diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos. Conclusiones: El uso de metanfetaminas se relaciona con el evento de perforación en grupos etarios más jóvenes, comparados con pacientes no usadores.

Palabras clave: Úlcera péptica perforación metanfetamina cristal México.

2012-10-05   |   1,407 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 77 Núm.3. Julio-Septiembre 2012 Pags. 108-113 Rev Gastroenterol Mex 2012; 77(3)