Autor: Waisman Ingrid
La palabra “accidente” está muy extendida en el ámbito social y en los medios masivos de comunicación, y resulta difícil reemplazarla. El término significa literalmente “lesiones provocadas sin intencionalidad que ocasionan daños a las personas y que ocurren en forma brusca o imprevista”. Las muertes traumáticas a lo largo de la historia se relacionaron con las guerras. Al comenzar la industrialización y la urbanización, durante el siglo XIX, se incrementaron los accidentes. Es decir que estos tienen una directa relación con el desarrollo tecnológico. Los accidentes laborales durante el siglo antepasado eran interpretados como un costo inevitable de la producción, una contingencia de la vida. La idea predominante hasta mediados del siglo XX era que los accidentes constituían una consecuencia no deseada, pero inevitable, del progreso. Culturalmente ese concepto se trasladó hasta bastante avanzado el siglo XX, y de esta concepción proviene el considerarlos como “actos de Dios” o cosas del destino o la fatalidad.
2012-10-22 | 457 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 110 Núm.3. Mayo-Junio 2012 Pags. 204-206 Arch Argent Pediatr 2012; 110(3)