Capacidad del período oligoanúrico para predecir secuela renal en niños con síndrome urémico-hemolítico asociado a diarrea

Autores: Balestracci Alejandro, Martin Sandra, Toledo Ismael, Corti Silvia, Wainsztein Raquel

Resumen

Introducción: La duración del período oligoanúrico es el principal marcador pronóstico de secuela renal en pacientes con síndrome urémico-hemolítico asociado a diarrea (SUH D+). Realizamos este estudio con el objetivo de determinar la capacidad del período oligoanúrico para predecir secuela renal en niños con SUH D+. Pacientes y métodos: Revisamos los datos de todos los pacientes internados en el Hospital Elizalde con SUH D+ entre 1998-2008 e incluimos sólo a aquellos seguidos más de 1 año. Consideramos secuela renal a la presencia de albuminuria y/o proteinuria patológicas y/o hipertensión arterial y/o caída de filtrado glomerular. Ingresaron al estudio 80 pacientes, que se dividieron en 2 grupos (con secuela y sin ella). Se determinó si tenían diferencias en la duración del período oligoanúrico y se calculó la capacidad de dicha variable para predecir secuela mediante curva ROC. Resultados: 32 pacientes presentaron secuela renal (prevalencia 40%), quienes tuvieron un período oligoanúrico significativamente más prolongado [mediana 7 días (intervalo 0-14) contra mediana 0 días (intervalo 0-30); p= 0.0003] que aquellos sin secuela. Mediante curva ROC (área bajo la curva de 0.73) se estableció en  4 días como mejor punto de corte del período oligoanúrico para predecir secuela renal (sensibilidad 68.75%, especificidad 70.83%). Conclusión: La curva ROC no permitió identificar un punto de corte de la duración del período oligoanúrico que permita predecir secuela renal con sensibilidad y especificidad adecuadas. Esta observación refuerza la importancia del seguimiento periódico y a largo plazo de todos los niños afectados por SUH D+.

Palabras clave: Síndrome urémico-hemolítico secuela período oligoanúrico capacidad predictiva curva ROC.

2012-10-22   |   715 visitas   |   7 valoraciones

Vol. 110 Núm.3. Mayo-Junio 2012 Pags. 221-226 Arch Argent Pediatr 2012; 110(3)