Fragmento

En la mayoría de los casos, las disfunciones tiroideas suelen ser congénitas o adquiridas por enfermedades autoinmunes; el diagnóstico debe ser oportuno para iniciar el tratamiento individualizado, constante y supervisado en forma periódica para tener resultados satisfactorios en pacientes pediátricos pues la falta o el exceso de hormonas tiroideas, descompensan el metabolismo y la funcionalidad de sistemas vitales. El hipotiroidismo se clasifica de acuerdo con su origen en: a) primario, hay deficiencia per se de la glándula tiroides; b) secundario, la hipófisis no produce la hormona que estimula la glándula tiroides (TSH por las siglas en inglés de Thyroid Stimulating Hormone), o tirotropina; y c) terciario, la falla está en el hipotálamo y no se produce hormona liberadora de tirotrofina. Mientras que por su presentación clínica, se divide en 1) congénito y 2) adquirido. 1) Hipotiroidismo congénito. Es el más frecuente en pediatría. Se caracteriza por una alteración tiroidea desde la formación in utero por la cual se producen menos hormonas tiroideas y el bebé nace con la enfermedad que, si es diagnosticada en los primeros dos meses de vida y de acuerdo con la intensidad que presente, puede tener un buen pronóstico, pudiendo el paciente alcanzar un desarrollo adecuado; de lo contrario, si el diagnóstico es tardío, evoluciona a un retardo grave del desarrollo psiconeurológico. A nivel mundial, se detecta un caso por cada cuatro mil a cinco mil nacidos vivos; sin embargo en México, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Salud, de 1989 a 2009 se tamizaron 4´052,782 niños, de los que se detectaron 1,576 casos. El diagnóstico es por medio del tamiz metabólico, donde se detecta elevación de la TSH y disminución de la tiroxina (T4). Es decir, en el hipotiroidismo primario se producen pocas hormonas tiroideas T3 y T4 y se eleva en exceso la TSH que produce la hipófisis, pues ésta trata de compensar o forzar a que la tiroides produzca más hormonas.

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2012-11-23   |   508 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 35 Núm.416. Julio 2012 Pags. 4-5 Prescripción Médica 2012; 35(416)