Fragmento

Las manifestaciones del lupus eritematoso sistémico (LES) son muy diversas. De 50 a 90% de los pacientes presentan disfunciones neurológicas. A pesar de su frecuencia y gravedad, este tipo de trastornos generalmente se diagnostican mal o son poco comprendidos. Durante muchos años se han descrito diversos cuadros clínicos, pero nunca se había descrito un síndrome, su presencia es señal de mal pronóstico, con 45% de mortalidad a cinco años. Cerca de 75% de los pacientes con LES reportan afección en el sistema nervioso central (SNC), aunque la inflamación que se observa en la enfermedad va difundida de arterias de mediano y pequeño calibre hasta capilares, en vísceras, sinovias y membranas serosas, por lo que la sintomatología neurológica se observará en algún momento de la vida de estos pacientes. Se le conoce como vasculitis del SNC, cerebritis lúpica, lupus del SNC o neurolupus. Tanto cerebritis como vasculitis implican procesos inflamatorios, que no siempre se reflejan en la práctica. La determinación de los signos y síntomas neurológicos, la progresión temporal de los mismos, el diagnóstico topográfico, la validez de la imagenología como aporte diagnóstico, la inmunopatogenia asociada, hasta el diagnóstico diferencial referido, son muy importantes. El Colegio Americano de Reumatología define el síndrome neuropsiquiátrico por lupus e indica qué daños se generan en el SNC: meningitis aséptica, enfermedad cerebrovascular, síndrome desmielinizante, cefalea (incluida migraña), corea, mielopatía, trastorno convulsivo, estado confusional agudo (delirio), desórdenes de ansiedad, disfunción cognitiva, psicosis, trastornos del ánimo. En el sistema nervioso periférico: polirradiculopatía desmielinizante, enfermedad cerebrovascular aguda (Guillain Barré), desórdenes autónomos, mononeuropatía, miastenia gravis, neuropatía craneal, plexopatía. Para fines prácticos se dividen en alteraciones del estado de conciencia, cuadros psicóticos, trastornos del estado de ánimo, cuadros neurotiformes y trastornos convulsivos o del control de impulsos.

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2012-11-23   |   4,685 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 35 Núm.416. Julio 2012 Pags. 8 y 11 Prescripción Médica 2012; 35(416)