Fragmento

Conocida como la “enfermedad de los reyes”, la gota es un padecimiento cuyas manifestaciones clínicas se expresan en artritis, tendosinovitis agudas, artropatía crónica y tofos, derivados del cúmulo de cristales de monourato sódico depositado en las estructuras articulares y periarticulares. De acuerdo con el estudio Framingham realizado en Estados Unidos, durante un seguimiento de 12 años se demostró que la incidencia acumulada de gota variaba con los niveles de uricemia. En tanto, la recurrencia durante dicho periodo fue de 2% en sujetos con uricemia menor de 7.0 mg/dl, de 12% en individuos con uricemia entre 7 y 8 mg/dl y de 36% en aquellos con un índice superior a 8 mg/dl. Asimismo, se observó que al llegar a la sexta década de la vida, 1.5% de los afectados habían sufrido al menos un ataque agudo de gota. Las evidencias clínicas demuestran que éste suele aparecer de forma espontánea. Además de tener una clasificación primaria y secundaria según su origen. En cuanto a la comorbilidad, de 25 a 50% de estos pacientes son hipertensos, y entre 5 y 14% de personas con hipertensión arterial también tienen gota, la cual se asocia con incremento de infarto al miocardio, enfermedades vasculares y diabetes mellitus, sin ser un factor de riesgo independiente para estos padecimientos. A su vez, es más frecuente en varones de entre 40 y 50 años de edad. Su manifestación tiene una estrecha relación con los niveles de ácido úrico, debido a que está determinada por la ingesta de purinas, más la síntesis endógena de las mismas. Aunque también lo está por factores que afectan su concentración, entre ellos el peso, la dieta y niveles de hemoglobina. Así como uso de diuréticos, ingesta de alcohol, el aumento de bebidas azucaradas, el consumo en demasía de carne, mariscos y el comer pocos productos lácteos. Del mismo modo se ha descubierto que el consumo de cerveza muestra la asociación más alta, seguido de los destilados; pero en el caso de bebidas como el vino, no se encontró una asociación significativa.

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2012-11-23   |   428 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 35 Núm.416. Julio 2012 Pags. 10-11 Prescripción Médica 2012; 35(416)